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EL MILLONARIO QUE QUERÍA MORIRSE DESPUÉS DE VENDER SU EMPRESA

por | 12 Oct, 2025 | 0 Comentarios

Un empresario de 58 años vendió su empresa por 8 millones de euros. Seis meses después estaba en mi consulta diciendo:
“Tengo más dinero del que podré gastar. Y por primera vez en mi vida, no quiero levantarme de la cama.”

Esto es lo que nadie te cuenta sobre vender tu empresa o jubilarte: no tiene porqué ser el final feliz y es posible que sea el principio de una crisis existencial brutal. Durante 30 años fuiste “el fundador”, “el dueño”, “el jefe”. Ahora eres… ¿qué?

·      Ya no te llaman a las 7 a.m. con emergencias
·      Ya no tienes reuniones que dirigir
·      Ya no eres imprescindible para nadie
·      Tu teléfono ha dejado de sonar

Y de repente te das cuenta: no vendiste una empresa, vendiste tu identidad.

Las etapas del duelo empresarial son:

o  Mes 1-2: La euforia falsa: “¡Por fin libre! ¡A disfrutar!”, viajes, cenas, compras…, pero hay un vacío que crece.
o  Mes 3-6: La crisis: Te despiertas sin propósito, ves cómo tu “bebé” cambia bajo nueva dirección, tus antiguos empleados ya no te llaman, tu pareja dice: “Ya no te reconozco”, el golf no llena 40 años de carrera. La depresión llega como un tsunami.
o  Mes 6-12: El pánico existencial: “¿Quién soy sin mi empresa?”, “¿Para qué levantarme si no me necesita nadie?”, “¿Esto es lo que significa el éxito?”

He visto en consulta empresarios exitosos después de vender: caer en alcoholismo, destruir sus matrimonios (después de 30 años), montar negocios absurdos solo por llenar el vacío, desarrollar enfermedades psicosomáticas graves, intentar rescatar”su antigua empresa (con resultados desastrosos)

¿Por qué pasa esto? Porque confundieron lo que hacían con quien eran durante décadas:

· Valor personal = Valor de tu empresa
· Autoestima = Cifra de facturación
· Identidad = Cargo
· Relaciones = Red profesional

Y cuando vendes, todo se derrumba.

La parte más cruel es que nadie te tiene lástima, porque no te entienden: “Pero si eres millonario, ¿de qué te quejas?”

Vender tu empresa o jubilarte no es solo una transacción financiera, es un duelo.

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