La leyenda de Aquiles se ha convertido en el símbolo de la vulnerabilidad humana y de cómo cualquier persona puede tener un punto débil aún siendo fuerte en otros aspectos.
A mediados del siglo XX, el escritor y filósofo francés Pierre Audiat, desarrolla el Complejo de Aquiles que se basa en lo siguiente:
tendemos a ocultar nuestra capacidad más débil, nuestro punto débil, (la que nos genera una gran inseguridad y baja autoestima) tras la apariencia de heroísmo o invulnerabilidad.
En el mundo laboral, una persona puede ser extraordinaria en varios aspectos, pero tener su punto débil a la hora de hablar en público, dirigir un equipo, planificar tareas, miedo al fracaso, a ser rechazado, a la crítica de otros, a perder el trabajo… y este “talón de Aquiles” influirá y repercutirá en el resto de sus capacidades. Como compensación, intentará sobresalir en aquello que cree que destaca para ocultar esa debilidad.
La persona que padece este complejo no se muestra como realmente es, sino que se cubre con una armadura o fachada de invencibilidad y transmite a los demás que puede con todo, por eso también se le conoce como Complejo del Superhéroe.
Principales características de este complejo:
– Nunca aceptan haber incurrido en ningún error, esto es notablemente perjudicial dentro del plano laboral. Suelen ser personas conflictivas en situaciones donde es necesario afrontar la responsabilidad
– Son personas que aparentan poseer una gran personalidad y seguridad comparable a la de los súperhéroes de la ficción
– Suelen describirse a sí mismos como triunfadores y manifiestan estar satisfechos con su propia vida. Siempre tratan de magnificar sus triunfos
– Nunca aceptan sus debilidades y tratan de esconderlas
– Siempre se ofrecen a tomar el puesto de liderazgo con la finalidad de cumplir el rol del “jefe” o del “salvador”.
Para superar este complejo, lo que se necesita es identificar lo que nos causa inseguridad, aceptar nuestras propias limitaciones y áreas en las que no somos buenos, aceptar que no se es perfecto en todo, enfocarse en los puntos fuertes que tenemos y por último, practicar o trabajar sobre las habilidades específicas que nos causan debilidad.