En 1921 el psicólogo suizo Carl Jung investigó sobre los distintos tipos de personalidad. Basándose en sus teorías, en 1996, Lothian & Lothian, desarrollaron en Dundee, Escocia, el modelo Insights, famoso por el uso de colores (o energías).
Si conoces a las personas que te rodean y a los miembros de tu equipo, potenciarás sus fortalezas y esquivarás sus debilidades pudiendo definir, a grandes rasgos, su comportamiento. Aprende a tratarlos en función de su personalidad y lograrás una sinergia exitosa en cualquier proyecto que emprendas.
Ésta es la clasificación:
1) Personalidad Roja: “Hagámoslo Ahora”
Decididos y autoritarios. Ambiciosos, enérgicos, exigentes y directos.
Orientados a resultados, emprendedores y competitivos. Con mucha iniciativa, dominantes y dotes de liderazgo.
No les gustan los prolegómenos, ni dar vueltas sobre un mismo tema. Son muy organizados porque buscan aprovechar el tiempo lo máximo posible.
Excesivamente coercitivos, pueden generar cierto rechazo.
2) Personalidad Azul: “Hagámoslo bien”
Metódicos y precisos. Racionales y analíticos. Formales y objetivos. Prudentes, ordenados y persistentes.
Piensan mucho las cosas antes de tomar una decisión, por lo que a veces pueden ser poco eficientes. Se manejan bien con las nuevas tecnologías.
No muestran sus sentimientos públicamente y buscan la perfección.
Les gusta tenerlo todo bajo control, preguntan mucho y no aceptan bien los cambios. Si vas a trabajar con este perfil, elabora un plan de tareas bien definido y cúmplelo.
3) Personalidad Amarilla: “Hagámoslo juntos”
Espontáneos y optimistas. Dinámicos, persuasivos y amigables.
Son los más sociables. Tienen facilidad para moverse en ambientes concurridos, mostrarse positivos y sentirse cómodos entre personas que no conocen. Son entusiastas, exagerados, buenos comunicadores y creativos, a veces caóticos en su forma de trabajar.
4) Personalidad Verde: “Hagámoslo con cariño”
Pacientes y amables. Metódicos, leales, participativos, constantes, respetuosos, conciliadores, comprensivos y tolerantes.
Se caracterizan por su empatía y templanza. Se muestran indecisos e incómodos ante personas demasiado directas, con forma de hablar imperativa. Transmiten calma y serenidad y no toleran bien las prisas ni los plazos.
No todos somos iguales: nuestras mentes, aptitudes, actitudes y comportamientos son distintos. Estas diferencias deben tenerse en cuenta en la organización y dirección de recursos humanos y, asimismo, en la asignación de tareas, responsabilidades y la configuración de equipos de trabajo.
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