Desde hace días, me encuentro con personas (algunos clientes) que me han comentado: “últimamente sueño mucho con el trabajo”. Se pueden referir a su trabajo anterior, al actual o incluso al futuro en caso de oposiciones o procesos de selección.
Esto es bastante común. Pasamos muchas horas en el trabajo, las mejores del día, invertimos mucha energía e intensidad en los conflictos, dificultades y miedos que rodean al mundo laboral y es normal que cuando vayas a dormir, esas situaciones vuelvan a tu mente.
Sin embargo, es posible que estos sueños comiencen a preocuparnos y a influirnos negativamente durante el día. En casos más extremos, soñar con el trabajo puede desembocar en episodios de estrés o angustia.
Si los sueños con el trabajo comienzan a convertirse en un problema y son recurrentes, hay que preguntarse a qué se deben y de qué nos están intentando avisar.
A menudo, suelen responder a un problema grave en el mundo real del que podemos ser más o menos conscientes. Podemos estar sintiéndonos atacados, infravalorados, maltratados o perjudicados y la única solución para que estos sueños no vuelvan es solucionar ese problema en la vida real.
También es posible que soñar demasiado con el trabajo sea un reflejo de que existe un desequilibrio entre la vida personal y laboral o de que nos cuesta desconectar de nuestro entorno laboral.
Si el estrés de la jornada se cuela en tus sueños (o no te deja dormir), es porque tu trabajo te sobrepasa, porque existen frustraciones o problemas sin solucionar con proyectos, superiores o compañeros o porque tus emociones te están abrumando de alguna manera.
A todo esto conviene ponerle remedio.