Al igual que los efectos emocionales, las consecuencias psicológicas del desempleo no se manifiestan igual en todos los individuos, ni son inmediatas.
Estas consecuencias van derivando progresivamente en ansiedad, que puede convertirse en permanente, irritabilidad, cambios de humor, desequilibrios alimenticios, depresión y suicidio … los problemas psicológicos se somatizan, generando a su vez problemas cardiovasculares, hipertensión, úlceras, alopecia, cansancio físico y adicciones como alcohol o tabaquismo.
Una de las primeras consecuencias psicológicas del desempleo es el Síndrome de la Invisibilidad Laboral (SIL).
Cuando una persona es víctima de este síndrome, siente que la gente no le ve, se siente extraña y perdida entre el colectivo, sin identidad profesional, considerándose totalmente fuera del sistema económico-social, de no estar integrado en el entorno, que sigue funcionando sin sufrir cambios.
SIL lleva aparejado vergüenza y orgullo, lo que lleva al sujeto a no pedir ayuda.
Desde pequeños nos enseñan cómo dar pasos para conseguir un empleo pero no nos enseñan a sobrellevar un despido, a buscar apoyos para no decaer, a no echarnos la culpa cuando perdemos un trabajo o cuando descartan nuestro CV.
Recuerda, esta situación no es culpa tuya
“Imprisoned mind” Pic by Stefan Surugio