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EL CONTROL DE LA IRA

por | 15 Ago, 2025 | 0 Comentarios

Según la RAE, ira es: sentimiento de indignación que crea enojo.

– Indignación:  enfado vehemente contra una persona o sus actos
– Enojo: movimiento del ánimo que promueve cólera contra alguien

La ira es una emoción humana, un sentimiento de furia en el que el individuo se deja llevar por sus impulsos, casi siempre de forma irracional.

Está vinculada a pensamientos tergiversados y negativos, que surgen en situaciones estresantes cuando interpretamos que nos encontramos frente a una amenaza: si esta emoción se presenta de manera frecuente, quien la padece valora el contexto como algo terrible, aun cuando en realidad no lo sea.

Como cualquier otra emoción, la ira no debe ser reprimida o prohibida sino canalizada. El problema no es experimentar ira, sino cómo la manejamos.

En el ámbito laboral siempre hay motivos que ponen a prueba nuestra paciencia, pero dejarnos llevar por el impulso puede perjudicarnos a la hora de tomar una decisión o realizar nuestro trabajo con calidad.

La ira puede ser provocada por diferentes factores: frustración, trato injusto, conflictos interpersonales, falta de reconocimiento, exceso de trabajo, inseguridad laboral o decepción. Y no por un hecho puntual, sino por un cúmulo de situaciones que nos disgustan o molestan.

Por ello, lo ideal es que las personas tengan confianza con sus jefes o compañeros y puedan expresar lo que sienten. De la misma manera que las organizaciones deben facilitar escenarios donde todos los empleados sean escuchados: las reuniones, actividades lúdicas fuera del ámbito laboral o los descansos pueden ser buenos momentos y lugares para hablar sobre temas que inquietan o preocupan.

La ira puede afectar crucialmente al clima laboral. Si no se gestiona de manera conveniente puede acabar con el buen ambiente de trabajo, provocar conflictos, acabar con la productividad, generando problemas de salud mental en los empleados.

En estos casos, el desarrollo y aprendizaje de la inteligencia emocional es fundamental para su correcta conducción: asertividad, empatía, escucha activa, relativización de situaciones o, llegado el caso, búsqueda de ayuda profesional si la ira es abrumadora o causa problemas significativos.

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