Se refiere a un fenómeno social ocurrido en Estados Unidos en 2020, que nació con la ‘vuelta a la oficina’ tras el fin de las medidas de confinamiento asociadas a la pandemia por Covid 19.
El “big quit” o “great resignation” fue protagonizado por millones de empleados insatisfechos con su trabajo o su salario, que abandonaron su puesto en busca de un modelo laboral que se ajustara, en mayor medida, a sus necesidades vitales.
Desde entonces, este fenómenos social, ha traspasado fronteras y son cientos de miles los trabajadores que renuncian a su trabajo, ahora ya no por el daño causado por la pandemia, haber padecido la enfermedad en distintos grados o por la pérdida de familiares, sino para alcanzar un equilibrio mayor en materia de conciliación, la normalización del uso del teletrabajo, condiciones más dignas, mayor motivación o un plan de carrera personalizado que genere mayores expectativas laborales.
El término “big quit” fue introducido por Anthony Klotz, psicólogo y profesor en la Escuela de Negocios de la Universidad de Texas y supone el inicio de un cambio significativo en el comportamiento laboral, especialmente impulsado por la disponibilidad de más tiempo libre y el cuestionamiento, por parte de muchos empleados, de si las largas jornadas y la falta de flexibilidad, era lo más importante en sus vidas.
El tiempo de reflexión llevó a un cambio de mentalidad: el trabajo ya no era solo un medio para ganarse la vida, sino una parte de un equilibrio más amplio entre lo personal, lo profesional y los valores.
Para prever este fenómeno, Recursos Humanos debe anticiparse y priorizar su capital humano, que es lo más importante de una organización, a través de planes de retención de talento, motivación y mejora de condiciones, en sintonía con el momento actual, muy diferente al que reinaba en el mundo pre-covid.
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