En 1996 la psicóloga Elaine Aron publicó el libro “La persona altamente sensible: cómo prosperar cuando el mundo te abruma”, en el que anunciaba que aproximadamente el 20% de la población mundial estaba afectada por este rasgo de personalidad, hereditario, tanto en hombres como mujeres de todas las partes del mundo.
Hay cuatro factores que definen la alta sensibilidad:
1.- el procesamiento profundo: rumiar los problemas y dar muchas vueltas antes de pasar a la acción
2.- la sobreestimulación: tendencia a saturarse cuando hay que procesar mucha información
3.- una profunda emocionalidad, que aflora con facilidad
4.- la capacidad de percibir las sutilezas o el estado emocional de otras personas (muy ligado a la empatía)
Ser una PAS no es una patología ni un trastorno psicológico, pero vivir las cosas con mucha intensidad, tener a veces dificultades para tomar ciertas decisiones y sentirse diferente a los demás puede desembocar en estados ansiosos e incluso depresivos.
Son muy pocas las PAS que se sienten de verdad a gusto en su trabajo.
Su profundidad de pensamiento les lleva a reflexionar sobre las tareas que realizan. Por eso, para ellas es muy importante que su trabajo tenga sentido y aporte valor a los demás. De lo contrario se desmotivarán y su rendimiento se verá afectado.
Perfeccionistas y autoexigentes, necesitan sentirse realizadas, valoradas y comprendidas, en climas de trabajo colaborativos, no competitivos, por eso buscan un compañerismo basado en la ayuda y el apoyo mutuo.
Asimismo, las PAS valoran mucho que les den cierta libertad para hacer su trabajo, la flexibilidad horaria y tener suficiente tiempo libre para mantener un equilibrio a nivel físico, emocional y mental.
Hasta ahora, la alta sensibilidad no ha sido entendida en los entornos laborales y ha sido vista como muy poco útil para las organizaciones. De hecho existen ideas erróneas sobre este tipo de personalidad: que son frágiles, vulnerables, sin orientación al logro y sin capacidad para el liderazgo.
Sin embargo, las PAS son intuitivas, creativas, innovadoras y capaces de ver las cosas con perspectiva, no de forma cortoplacista y sesgada o reduccionista, atributos muy valiosos en el seno de una empresa. Al mismo tiempo, son reflexivas, sopesando muy bien los pros y contras antes de tomar decisiones, buscan la excelencia en todo lo que hacen y crean un buen clima laboral.
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Pic by Jean Yves Giordano