Síndrome postvacacional es un fenómeno que apareció hace unos años en el mundo occidental, en cierta forma fruto de la vida moderna, asociado al estilo de vida actual que, aunque no es considerado una enfermedad, sí está considerado un proceso de adaptación necesario cuando se retoma de nuevo la vida activa.
Los trabajadores que padecen este síndrome, experimentan cambios que producen un malestar importante que afecta en su calidad de vida.
Síndrome postvacacional severo implica los síntomas del síndrome postvacacional pero intensificados:
· fatiga extrema
· depresión profunda
· tristeza profunda
· preocupación excesiva
· dificultad para mantener la concentración y la memoria
Lo que la distingue de un síndrome postvacacional “normal”, (entre 2 y 5 días), es su persistencia a lo largo del tiempo (más de 15 días), su permanencia y su continuidad, siendo las manifestaciones físicas y emocionales más acusadas, de tal manera que la persona puede sentirse incapaz de afrontar sus responsabilidades laborales.
Es probable que detrás del síndrome postvacacional severo exista oculto un problema mayor:
· insatisfacción laboral
· ambiente de trabajo negativo
· dificultad de adaptación a la rutina
· mala gestión del regreso
· problemas de conciliación
En estos casos, es recomendable intentar atajarlo cuanto antes y buscar la ayuda de un especialista que analice las posibles causas.
“No tendríamos depresión postvacacional, si no tuviéramos trabajo ya que esta sensación de malestar al regresar de unas vacaciones, está estrechamente ligada a la obligación de volver a la rutina laboral y a las responsabilidades que ésta implica. En situación de desempleo, no hay síndrome postvacacional”
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