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FASES PSICOLÓGICAS DEL DESEMPLEO

por | 5 Jun, 2024 | 0 Comentarios

La pérdida del empleo, no sólo acarrea efectos emocionales y consecuencias psicológicas. Como toda pérdida, atraviesa un proceso de duelo.

Este proceso conlleva una serie de etapas que es importante conocer, ya que ello nos ayudará a identificar qué nos está sucediendo, por qué nos sentimos así y, por tanto, buscar solución.

El proceso por el que transita el individuo hasta su incorporación al mercado laboral, es el siguiente:

– Etapa 1: entusiasmo
Los primeros 6 meses a partir de la pérdida del empleo.
El sujeto no se encuentra satisfecho con su actual estado laboral, pero tiene la convicción de que conseguirá un nuevo trabajo en poco tiempo: cree en sus posibilidades. Mira con optimismo al futuro y aplica mucha energía en la búsqueda de empleo. Predominan las actitudes positivas y las expectativas altas.

Síntomas: ánimo cambiante, angustia, preocupación por el futuro, irritación e insomnio.

– Etapa 2: estancamiento
Entre los 6 y 18 meses desde la pérdida del empleo.
Al no haber encontrado empleo durante este periodo, la desmotivación comienza a hacer efecto y se atisban los primeros síntomas de desesperación. Se empiezan a modificar las preferencias profesionales.

Aparece la vergüenza, la culpa, la irritabilidad, el nerviosismo y la ansiedad.

– Etapa 3: desgana
Entre los 18 y 24 meses desde la pérdida del empleo.
Aparecen los sentimientos relacionados con el fracaso, baja autoestima y desesperanza. Las personas empiezan a resignarse a su condición de desempleadas y, en ocasiones, aparece depresión.

Aparecen sentimientos de inferioridad, apatía, tristeza y fracaso

– Etapa 4: resignación total
A los 24 meses después de perder el empleo.
Las personas han perdido casi toda la esperanza y se han resignado. Ya apenas buscan empleo de manera activa y se sienten fuera del mercado laboral.

Cuando el desempleo dura más de dos años, es muy común que las personas sufran un vacío emocional, se sientan desvalorizadas y estén frustradas crónicamente.

Hace mucho que la persona ya no se pone a prueba a sí misma por lo que se siente menos capacitada que otras personas con su mismo perfil, siente inferioridad o no sabe si será capaz de afrontar con éxito un nuevo desafío.

Miedos e inseguridades junto con resignación y desmotivación, hacen que la persona que lleva más de dos años desempleada baje los brazos y no busque trabajo activamente.

Es necesario que el desempleado aproveche el tiempo lo mejor que pueda, continúe relacionándose y no esperar, tal vez, a que le contrate un tercero sino que se plantee iniciar su propio proyecto: si el mercado laboral no nos ofrece una oportunidad, debemos generarla por nosotros mismos.

Recuerda, esta situación no es culpa tuya

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Pic by Pedro Luis Raota