Todólogo (RAE): Persona que cree saber y dominar varias especialidades.
Todólogo vendría a ser el experto en todo, pero maestro en nada, el que normalmente manifiesta sus ideas y opiniones sin tener un gran conocimiento sobre los temas. Emergen al albur de cualquier acontecimiento de actualidad: elección de un nuevo Papa, apagones, fallecimiento de algún escritor famoso…
El todólogo suele proliferar en 2 ecosistemas naturales: los medios de comunicación y el mundo de la empresa:
– en los medios de comunicación, aparece la figura del tertuliano que opina (porque domina) sobre cualquier tema con un tono de seguridad y autoridad inverosímil, con amplia flexibilidad temática y análisis de datos; suelen pasar de un asunto a otro (política internacional, deportes, actualidad, reforma educativa o criptomonedas) sin inmutarse
– en el mundo de la empresa, aparece la figura del cuñado profesional cuya gama de habilidades, anécdotas, situaciones extremas vividas y dominio de datos, abruma a sus compañeros (normalmente subordinados)
Los todólogos, manitas del conocimiento superficial y anecdótico, no tienen límites, ni obvian ninguna temática; son un fenómeno polifacético transversal, con inagotable capacidad para opinar sin restricción alguna.
Hay que reconocer que a veces, sobre todo al principio, puede costar identificarlos. Incluso que puedan deslumbrar, en un inicio, con su verbo fácil y su disposición para responder sobre cualquier materia con soltura, independientemente de su formación académica o experiencia laboral. Pero ¿cómo identificarlos? hay una serie de rasgos que los delatan:
– falta de humildad
– prepotencia y soberbia
– conocen y son amigos de todo el mundo
– exageran sus cosas y minimizan las de los demás
– el mérito de sus logros es exclusivamente de ellos
– suelen ser salvadores de la humanidad
– discuten de tú a tú con expertos especialistas
– se creen infalibles, los equivocados son los demás
– debaten con cualquiera, su osadía no tiene límites
Veo personas instruidas en un tema, incurrir en graves errores, cuando hablan de lo que no saben, de otras materias de las cuales no son especialistas, asesorando erróneamente a clientes que confían en ellos para solucionar ciertos problemas. Lo correcto (y lo ético) es opinar sobre lo que se sabe. La gente responsable debe hablar solo de lo que conoce y negarse a hablar sobre lo que desconoce.
Huye de los todólogos: con ellos es mejor guardar el mayor distanciamiento posible.