Es un término del que se habla por primera vez hacia 1688, cuando Johanes Hofer, médico suizo, crea la palabra como nóstos, regreso y algia, dolor; dolor por recordar tiempos en los que éramos más felices, o eso creemos.
La nostalgia es un sentimiento anclado en el pasado, entendida como la añoranza a otro tiempo mejor.
Para algunos investigadores la nostalgia es un sentimiento positivo porque cuando se siente, la gente tiene una sensación de calidez, cariño y pertenencia, e incluso experimenta una especie de viaje mental en el tiempo, todo lo cual puede llevar a la gente a buscar la nostalgia.
La nostalgia, mezcla la tristeza y la alegría, sabor dulce y amargo a la vez, una experiencia emocional contradictoria, por lo tanto. Incluso con los recuerdos felices, reconforta, pero puede entristecer porque la experiencia no volverá.
La nostalgia es como un puente: conecta nuestro pasado con nuestro presente y nos ayuda a entender mejor quienes somos: es un viaje por la memoria que reconecta lo que viví y quién era con los que vivo y soy.
En nuestro cerebro la nostalgia tiene efectos muy estudiados: incrementa la sensación de bienestar, potencia la inspiración, la creatividad, nos hace sentir más jóvenes y enérgicos y nos anima a asumir riesgos y perseguir nuestros objetivos.
Gran parte de la nostalgia recuerda periodos de la infancia. Una gran razón para ello es que “en la infancia, nos querían simplemente por lo que éramos”.
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