Preparar una entrevista de trabajo tiene más de psicológico que de lógico.
Los pocos experimentados te dirán que seas natural, que seas tú mismo, que te muestres tal como eres, que sonrías… y con esto está todo hecho. Error.
Estos serán los mismos recursos que usen los otros candidatos que compiten contigo en el mercado, por lo que estas herramientas, quedarán neutralizadas y no te distinguirás de los demás.
Se olvidarán de ti en cuanto salgas de la reunión.
Una entrevista de trabajo es un proceso de preparación intenso y concienzudo donde seguridad en ti mismo, autoestima y confianza, juegan un papel fundamental, así como un número de variables que deben entrenarse para poner en práctica tan pronto entres en la sala en la que te han citado para valorarte: optimismo, pasión y determinación.
Hay que tomárselo muy en serio por lo que su preparación requiere tiempo y dedicación.
Habitualmente explico que una entrevista laboral es como una obra de teatro donde los entrevistadores son el público y los entrevistados los actores y hay que desarrollar el personaje que toca en cada momento para que finalmente el público termine satisfecho con la representación.
Estado de ánimo, pensamientos positivos, capacidad de respuesta, proyección de nuestro yo ideal, lenguaje no verbal, actitud, creer en uno mismo … es más importante que dar respuestas adecuadas a preguntas concretas, respondidas generalmente bien por la mayoría de los entrevistados y preparadas a través de los innúmeros listados de preguntas que aparecen en las redes.
Estado de ánimo y pensamientos es lo que hay que entrenar.